viernes, 30 de enero de 2009

Camino a Casa

26/Julio/2007

Te ha pasado que cuando vas caminando por las veredas en un día lluvioso, sientes que jamás llegaras a tu destino. Que al dar pasos parece poco lo que has avanzado. El cansancio te empieza a invadir. No sabes si seguir caminando, correr o detenerte. Sólo sabes que te seguirás mojando. Sin Embargo, lo único que te queda por hacer es cargar el paraguas y pensar. Mientras pisas con odio los charcos de barro, se te vienen a la mente un sin fin de ideas que tarde o temprano mostraras al mundo o bien, guardaras en tu mente por un tiempo más. Por un momento esas ideas se van... Oh! un perro se atravesó en tu camino..."mm" lo miras enojado... pero te tranquilizas y reflexionas que no eres el único que tiene que pasar por ese húmedo escenario... sigues tu camino ... con tus pensamientos dentro de tu mente... recuerdas que tienes mucho que hacer... ayudar en tu hogar, darle comida al gato, arreglar ese viejo computador que te saca canas verdes de tan lento y malo que esta, consentir a los que más quieres... pero como aun no llegas, no puedes hacer nada... ¿por qué? porque la lluvia y el cansancio te lo impide... aun así no hay que rendirse nunca, ya que uno siempre llega a algún lugar de destino... por muy difícil que sea el trayecto... húmedo, seco, incomodo, confortable ... igual llegas ... "mm", creo que comienza a llover menos"... prefieres apurar el paso, das vuelta en una esquina y te das cuenta que ya llegaste a tu hogar - .

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